lunes, 27 de julio de 2009

Sabina Cristina


Hace poco me vino un peruano español, en ese orden pues primero vivió en Perú la vida de construcción. Y me vino a pedir que escriba y corrija unas humildes memorias que su señora esposa dejó.

Una jornalera, así la veo yo después de pasar a ordenador lo que ella dejó a máquina. Una humilde señora, Sabina Cristina, que sufrió maltratos allá en Perú. Que amó su tierra, sus caballos, sus cultivos, sus árboles, y como no, a su familia. Familia ahora muy extensa y cuidada. Poco sabía de escribir, pero mucho sabía sobre qué escribir. La sabiduría de la tierra se ve en sus letras, la sabiduría que da la mirada cariñosa y amorosa de un ser vivo que se ha dedicado a luchar por su vida con uñas.

Yo creo. Lo mismo ocurre con la tierra que con nuestra mente y nuestras creencias, que si queremos tener cosas nuevas y positivas, es decir, que los pensamientos que tenemos y las palabras que decimos se conviertan en realidad tan pronto como sea posible, entonces haremos el esfuerzo de preparar nuestra mente para que esté receptiva a estas ideas. Podemos hacer una lista con todas las cosas en que creemos (creo en el trabajo, la prosperidad, las relaciones, la salud, etc...) y luego examinar esas creencias para detectar en ellas lo negativo. Entonces puedes preguntarte: ¿Deseo continuar mi vida en conceptos limitadores?, y entonces cavas más hondo para eliminar las viejas ideas que jamás van a apoyar tu nueva vida.


Cuando hayas eliminado tantas creencias negativas añade una gran dosis de amor y trabajo en esa tierra de cultivo que es tu mente. Al plantar nuevas afirmaciones, en ella van a brotar y crecer con una sorprendente rapidez y tu vida mejorará con tanta velocidad que te maravillará lo que sucede, verás siempre que vale la pena hacer este esfuerzo extra para preparar la tierra, ya sea de tu jardín o de tu mente.


Cuando estés más fuerte en este aspecto verás como te resultarán más fáciles las demás cosas, y de pronto sabrás y comprenderás que a partir de una pequeña semilla se forma un elevado y hermoso árbol que tiene sus raíces firmemente arraigadas en el suelo. En otras palabras, estás creciendo en eso tan complejo, magnífico, misterioso e incomparable que llamamos “vivir”.


Bohemian and fighter class

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